Desde mediados del mes de julio hasta la vendimia, es frecuente observar en muchos viñedos la siguiente sintomatología: las hojas más jóvenes comienzan a amarillear (variedades blancas) o enrojecer (variedades tintas) por el borde, penetrando posteriormente por las zonas internerviales, seguido de necrosis y defoliación, previo encorvamiento de la hoja hacia la parte superior formando como una cuchara . A veces, las hojas adquieren un color bronceado típico, ocasionando una maduración irregular de los racimos y una disminución considerable del grado. Estos síntomas se han observado preferentemente en plantaciones jóvenes con mucha producción, siendo la variedad que más lo ha manifestado Tempranillo. Para corregir esta carencia adecuadamente es necesario aportar al suelo la cantidad de potasio que nos indique un análisis de tierra. No obstante, como cifra orientativa se puede dar la cantidad de 500 Kg. de potasa/Ha como abonado de invierno, y al observar los primeros