Desde mediados del mes de julio hasta la vendimia, es
frecuente observar en muchos viñedos la siguiente sintomatología:
las hojas más jóvenes comienzan a amarillear
(variedades blancas) o enrojecer (variedades tintas)
por el borde, penetrando posteriormente por las
zonas internerviales, seguido de necrosis y defoliación,
previo encorvamiento de la hoja hacia la parte superior
formando como una cuchara. A veces, las hojas adquieren
un color bronceado típico, ocasionando una maduración
irregular de los racimos y una disminución considerable
del grado.
Estos síntomas se han observado preferentemente en
plantaciones jóvenes con mucha producción, siendo la
variedad que más lo ha manifestado Tempranillo.
Para corregir esta carencia adecuadamente es necesario
aportar al suelo la cantidad de potasio que nos indique un
análisis de tierra.
No obstante, como cifra orientativa se
puede dar la cantidad de 500 Kg. de potasa/Ha como abonado
de invierno, y al observar los primeros síntomas (un
poco antes del envero) realizar 3 ó 4 tratamientos en pulverización
con nitrato potásico a la dosis de 1 Kg/100 L de
agua, a intervalos de unos 10 días.
Fuente: Servicio de investigación y desarrollo tecnológico agroalimentario (CIDA). Sección de Protección de cultivos.
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