Las microlesiones producidas en la zona de unión de los pedúnculos de las hojas caídas son una puerta de entrada a hongos y bacterias que, favorecidos por la climatología de la época, pueden provocar enfermedades en los frutales.
Para ayudar a cicatrizar las heridas y reducir la incidencia de estas enfermedades se recomienda aplicar fungicidas cúpricos que son eficaces contra los hongos y las bacterias que se detallan según cultivos:
Manzano:
Erwinia amylovora (Fuego bacteriano)
Nectria galligena
Phomopsis mali
Pseudomonas syringae
Sphaeropsis malorum
Venturia inaequalis (Moteado)
Peral:
Erwinia amylovora (Fuego bacteriano)
Nectria galligena
Phomopsis mali
Pseudomonas syringae
Septoria pyricola
Sphaeropsis malorum
Stemphylium vesicarium
Venturia pyrina (Moteado)
Frutales de hueso:
Xanthomonas arboricola
Pseudomonas syringae
Cytospora leucostoma
Phomopsis amygdali (Fusicocum)
Stigmina carpophila (Cribado)
Taphrina sp. (Abolladura)
En el caso de los hongos que pasan el invierno en forma de peritecio como Septoria, Stemphylium y Venturia, se puede reducir el inóculo invernal aplicando urea cristalina conjuntamente con los tratamientos cúpricos.
En general se recomienda hacer dos tratamientos con productos cúpricos. El primero cuando ya hayan caído entre el 50 y el 60% de las hojas y el segundo al final del periodo. El numero de tratamientos se puede variar de acuerdo con la problemática de cada plantación, las prácticas habituales en la zona y el régimen de lluvias y humedades que se registren.
El tratamiento adicional con urea cristalina se realizará coincidiendo con el primer tratamiento cúprico. Las dosis a utilizar son de 50 a 100 Kg/ha y se habrán de ajustar en función de los problemas de cada plantación. Se ha de tener en cuenta el efecto corrosivo de la urea sobre la maquinaria de aplicación.
CHANCROS (Fusicoccum sp., Monilia sp.)
En las plantaciones afectadas se recomienda hacer 2-3 tratamientos específicos (según el grado de afectación y la meteorología); Al inicio, a mitad y al final de la caída de la hoja.
Además no hay que olvidar otras medidas culturales como:
- Retirar del campo y quemar las ramas afectadas. En el caso de Monilia sp. Es importante cortar y retirar también los frutos momificados.
- Evitar podar si los arboles no están completamente en reposo vegetativo.
- Realizar una poda no vigorizante.
- Evitar el abonado nitrogenado y el riego en exceso.
- En fincas muy afectadas no descuidar los tratamientos de primavera.
Fuente: Phytoma.
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